Estimada Trinity,
Sin dudas Alan
Watts en sus conversaciones nos ha mostrado una mente abierta y dispuesta a la
comprensión física y cognitiva de lo que podemos considerar como nuestra
personalidad. ¿Tendremos que aceptar que
convivimos con una mente lineal que ajusta nuestra comprensión asistida por un
sistema educativo precario y ortodoxo?
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Por
tanto, me reafirmo cada vez más en que nuestra falta de pertenencia a este
mundo, dentro de este impresionante cerebro en el que habitamos es el resultado
de un error primario básico en nuestra manera de pensar el mundo”
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¿Qué aspecto de
nuestros sentidos nos hace pensar que heredamos un cerebro brillante que lo sabe
todo y lo manifiesta todo como hipotético y comprobable a tan solo nuestro
entender? ¿Cuantos fragmentos de conocimientos ilimitados perdemos día a día
por obedecer el sentido artificial de nuestra personalidad donde no somos
nosotros en simplicidad sino más bien complejidad? Nuestra mente fue educada
para encerrarnos dentro de escalas morales que maravillosamente no respetan los
propósitos básicos de la propia naturaleza y vida planetaria. Una mente que no
respeta la libertad de toda especie o ser vivo que no se asemeje a su imagen
semejanza.
Desde estas
bases humanas. ¿Cómo podemos pretender salvar a este mundo si ni siquiera
sabemos cómo salvarnos a nosotros mismos de nuestra propia personalidad que nos
enfrenta día a día con figuras que moldean hábitos que crean apegos y
dependencias en nuestros afectos para con las personas y pertenecías
personales? ¿Cómo podemos vivir diciendo que somos parte de una conciencia
colectiva dispuestos a cambiar el sentido de nuestras vidas si nuestras formas
de ser grafican linealmente y limitadamente pensamientos que son egocéntricos?
¿Cómo podemos responder que somos humildes si nuestra humildad se compara con
la humildad de otros?
Los seres humanos han perdido casi por completo su conexión con la
célula madre llamada naturaleza. Su lazo directo con el Cosmos Luz. Viven
encerrados dentro de sus propios universos y células emocionales. Se han
olvidado que sus neuronas se interrelacionan y comunican con las células que
coexisten con cada uno de los sistemas que forman parte de nuestro ecosistema
biológico y energético. Cuánto nos cuesta pensar fuera de las líneas del
razonamiento y formas circulares de la cerebración. Cuánto nos cuesta dejarnos
llevar por las sensaciones sin que nuestra mente tenga que intervenir en cada una
de ellas dándoles la explicación y el sentido a todo lo que vemos y tocamos. La
mente humana ha desarrollado un muro de
contención llamado personalidad “célula de atención humana” que nos ha hecho olvidar
que a nuestro alrededor convivimos con millones de células que son mucho más
sensibles que la raza humana. Que están
expuestas a la contaminación ambiental y que potencialmente están perdiendo su
condición natural de ser los pulmones y generadores de las células madre
llamada naturaleza.
Hay reinos que
consideran a la especie humana como los seres vivos más peligrosos por su
naturaleza depredadora, corrosiva y traicionera. Que los ha llevado alejarse de
ellos y defenderse de sus métodos invasivos
como destructivos. Desde estas condiciones ¿Qué soluciones podemos encontrar
entre nosotros mismos si desde nuestra propia naturaleza tendemos a
alterar y desequilibrar la propia vida y de todo aquello que nos rodea como
causa efecto.
Dentro del
reino animal la naturaleza de los mismos es utilizada para subsistir y marcar
sus límites. Puede coexistir reconociéndose
a través de sus hábitos. En cambio el reino humano utiliza potencialmente su
naturaleza llamada inteligencia dual para manipular los sentimientos de sus
pares para marcar sus límites y soberanía de control poder y dominio en los
demás.
La naturaleza
humana afirma que si eres fuerte vencerás. Tras esta afirmación brillara tu
personalidad y todos te respetaran. La demostración del poder del saber más que
los demás y sentirse más inteligentes que
los demás ha llevado a que esta sociedad mundial viva marginada y condicionada
dentro de estados emocionales que son altamente contaminantes y
depredadores.
Los demás
reinos no son objetos o especies limitadas en inteligencia. Son seres vivos más
simples y modestos que nosotros mismos. Lo que nos rodea como mundo y paisaje
son células que llevan dentro de
sí elementos y componentes
planetarios. Son estados de conciencia que cumplen la función de purificadores
y renovadores de la energía femenina llamada naturaleza. De esta manera se
renueva la permanencia y el estado de la continuidad con las esperanzas de que
algún día la raza humana sea bendecida en sensibilidad, humildad y cordura.
Este hecho debe nacerle de sí misma, solo así valorara su vida. Solo así
volverá a recordar su verdadero origen sideral y conectarse con el sentido de
su propia vida dentro de su totalidad. Dejará de vivir en la no pertenecía.
Un fuerte abrazo
marielalero.
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